13 de septiembre de 2004
Una mujer con los pies descalzos camina entre los arboles, camina con las manos al suelo, es una gata o una liebre que danza con el cuerpo, entre las sombras frescas de los arboles ante el calor agobiante del verano, de un verano que solo refresca con la sombra de los llorones y el sonido del agua y la tranquilidad dorada de la tarde y el salto curioso de algun pez. La mujer corre, es un leopardo que anda en busca de una laja que la suene que sea parte de su cuerpo entre la oscuridad que asecha y se acerca galopante. Una mujer desnuda cambia de rostro en su vestibulo es la emperatiz mas cruel del palacio, su sayo amarillo la cubre, mientras planea la muerte de un pez gordo.
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