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18 de diciembre de 2007

Pekín por Enrique Posada Cano 

Diciembre 15 de 2007

En Pekín, doce años después

Un encuentro iberoamericano en China, ocasión para medir en vivo y directo el desarrollo vertiginoso de su capital.

Como en el zodíaco, confluyeron una serie de acontecimientos para tener la oportunidad de volver a Pekín, al cabo de 12 años: que los chinos dejaran de ser llamados por Occidente ''los enfermos de Asia' y 'la China roja' para convertirse en la tercera potencia mundial; que España se elevara al octavo rango de las naciones desarrolladas; y que Madrid, con su 'Año de España en China', decidiera continuar el ejemplo de Francia, Italia y Rusia.

A nombre de Colombia y del Observatorio Virtual Asia Pacífico de la Universidad Tadeo Lozano, fui invitado por el Gobierno español al 'Encuentro Ibero América-China'.

Encadenado, como siempre he estado, a los arcanos del Libro de las mutaciones (I-ching), que me concedieron la dicha o el infortunio de presenciar acontecimientos como la revolución cultural, el devastador terremoto de 1976, la muerte de Mao Zedong y el inicio de la política de reformas y apertura, sentía que en mi quinta incursión en China tenía que producirse algún acontecimiento trascendental.

Y fue el XVII Congreso del Partido Comunista chino, que se desarrolló con la mira puesta en 3 temas: uno, la vuelta de la mirada del Partido a la situación de desigualdad en la cual los campesinos llevan la peor parte; dos, la alerta roja sobre el deterioro del medio ambiente; y tres, la concepción de un 'desarrollo científico' del modelo chino.

Poderosa herramienta del Gobierno español para insertar sus empresas en la pujante economía asiática, en el 'Año de España en China' se programaron exposiciones, conciertos, recitales, danza, teatro y el 'Encuentro Ibero América-China', con 21 especialistas de la Academia de Ciencias Sociales de China y de universidades de España, Argentina, Colombia, Chile, México, Perú y Venezuela.

Las 3 jornadas del 'Encuentro' se desarrollaron como mesas de trabajo que giraron en torno a la historia de China, el comercio y la cooperación entre China e Iberoamérica, la política internacional del gigante en el siglo XXI, los vínculos de la nueva literatura china con la de Iberoamerica y el estado de las investigaciones sobre Asia Oriental en Iberoamérica, que le correspondió al Observatorio.

Esta ponencia incluyó una crítica a la manera como los escritores jóvenes chinos, en un intento de desmarcarse del realismo mágico y replicando el esquema de la complementariedad tecnológica, miran hacia los escritores estadounidenses como paradigma, desconociendo que desde la segunda mitad del siglo pasado, la potencia literaria global no es E.U. ni Europa Occidental, sino Latinoamérica.

Las ponencias sobre la visión de los iberoamericanos sobre la historiografía china y de los chinos sobre la historia de esta región se enfocaron más a criticar la forma como occidentales y chinos abordamos la primera, con sesgo metodológico europeizante.

En la mesa dedicada a examinar las relaciones internacionales de China, los ponentes destacaron los cambios ocurridos en su orientación en estos últimos 30 años, el íntimo vínculo de las mismas con el modelo del país asiático y sus necesidades de energéticos y materias primas.

El 23 de octubre, al producirse la clausura del Encuentro por parte de Taciana Fisac, directora del Centro de Estudios Orientales de la U. Autónoma de Madrid, apenas nos habíamos asomado a las calles que separan a nuestro hotel, el Kuntai, del imponente Instituto Cervantes.

Salimos entonces a la luz del día para tratar de reconocer a Pekín, misión que los que nos despidieron en 1995 y continuaron residiendo allí nos describían como un propósito casi imposible por medio de videos, fotos, descripciones: la única manera era regresar en cuerpo y alma.

¿Cómo era Pekín a mediados de los 60, cuando llegamos en nuestra primera etapa de casi dos décadas de vida en China? Era una extensa planicie sólo abarcable desde el aire, una aldea sin límites cuyo encanto estaba muy adentro, escondido en sus santuarios palaciegos, de templos con estupas intocables, de colinas perfumadas.

Para descubrir su deslumbrante belleza había que recorrerla en las cuatro direcciones de su simetría cuadrangular de perfecto diseño trazado desde su fundación en 1215. Era una capital desolada, vacía en su grandiosidad, como si apenas en ese momento se inventara.

Durante 30 años, a lo largo del período maoísta, no se permitía construir edificios de más de 4 pisos, presa como eran del temor de una agresión bélica procedente bien de E.U., bien de la URSS.

El edificio más alto de la capital y seguramente de toda China, era el Hotel Pekín, de 17 pisos, hoy símbolo casi invisible entre los rascacielos sobre ambos costados de la monumental Avenida de la Paz Celestial (Chang An).

Con idénticos fines antibélicos, se construyeron túneles que atravesaban la ciudad, refugios que se clausuraban con herméticas puertas de hierro que han sido adecuados como dormitorios de paso o tiendas o aprovechados para la construcción de nuevos tramos del subway.

El medio de transporte predominante hasta mediados de los 90 eran la bicicleta, de la cual había no menos de 5 millones, para una población de 9. Actualmente, la población de Pekín se calcula en 17 millones, si se incluyen los 4 de 'población flotante¿ y los 500 mil empresarios y ejecutivos surcoreanos. Aún hoy se ven bicicletas, pero son como gotas en el mar de vehículos motorizados.
En el centro, desembocando en la Avenida Chang An, tres calles tradicionales, las más frecuentadas, eran Wang Fujing o del Pozo del Palacio de Wang, hacia el occidente, Xidan y hacia el oriente, Dongdan.

El gran comercio estaba concentrado en esas 3 calles, pero era en Wan Fujing, en el popular Baihuodalou o Almacén de cien artículos, donde uno encontraba desde agujas de coser hasta neveras, radios, linternas.

Eran casi inexistentes los electrodomésticos, desconocidas las fotocopiadoras. En esa vía se enfilaban en hilera, sobre el costado occidental, la farmacia, la óptica, la librería de libros extranjeros, la tienda de antigüedades.

Todo sigue en su lugar, las fachadas se mantienen, pero de las puertas de acceso hacia adentro, los locales lucen brillantes, de paredes forradas en espejos, de mármol los pisos. En la primera planta de ese almacén de Cien Artículos, todas las vitrinas están dedicadas a la exaltación de la belleza femenina. La mujer encuentra allí perfumes y cosméticos de todas las marcas mundiales. Claro, junto al Gucci italiano, al Dunhill, al Versace, están los mismos productos, idénticos en su diseño, pero chinos.

Al consumidor chino o extranjero casi no le importa ya la diferencia, con tal de poder comprar el artículo con su costosa marca.

Del hotel Kuntai pasamos a una residencia en una de esas glamorosas villas del entorno del aeropuerto, habitadas principalmente por coreanos, japoneses y empresarios chinos. Queríamos salir de allí para ver por fin las transformaciones ocurridas en la ciudad, cuya movilidad está trazada de modo perfecto en un mapa esférico de 10 'anillos' o vías circunvalares que la rodean. Hay 6 ya construidos.

Para llegar a la autopista que lleva del aeropuerto, desde nuestro alojamiento en las residencias 'Paraíso de la capital', situadas a la altura del quinto y sexto anillos, había que pasar la última estación del tren expreso al aeropuerto, y si queríamos ir al centro de Pekín, habíamos de desembocar primero en el tercer anillo, luego de cruzar el cuarto y el quinto, en una carrera loca, como si navegáramos en un carrusel infinito, cogiendo una montaña rusa de decenas de kilómetros de múltiples accesos y salidas.

Nuestra vista se posaba en una hilera de bloques de edificios de 60 u 80 pisos, de moles de argamasa exhibiendo todas las arquitecturas imaginables, pero de repente ya teníamos enfrente otra hilera.

El Poly es el edificio de un Grupo Económico de seguridad, de proporciones gigantescas, ubicado más hacia el corazón de Pekín, y viene luego el conocido popularmente como 'edificio colgante': es como si en realidad levitara, carente de bases y de vigas de amarre, sostenido por los bloques restantes.

Al entrar en el tercer anillo se levantan, imponentes, las dos torres del edificio de la Estación Central de TV, inclinadas, como la de Pisa, la una queriendo abrazar a la otra, con un costo aproximado a 700 millones de dólares. ¿Cuándo y cómo se construyó todo esto?, ¿quiénes lo hicieron? Son demasiadas preguntas, pero a esta e respondió un viejo amigo chino: "Lo hicieron los campesinos".

Nada más cierto: esa titánica tarea la realizaron los ciento y pico de millones de agricultores que quedaron cesantes con el desmonte de la comuna popular, cuando arrancó la política de reformas y apertura, y que aprendieron mirando a los oficiales el oficio de la mezcla y la plomada.

¿Quiénes hicieron posible que China se convirtiera en el tercer país en poner un hombre en el espacio con su propia nave, tripulada, después de la URSS y E.U.?, fue la pregunta-respuesta que me dieron los profesores de la nueva Escuela de Estudios Internacionales de Pekín cuando comenté que los muchachos chinos de hoy no albergan los mismos sentimientos y principios altruistas de sus padres y abuelos porque son los 'pequeños emperadores', hijos únicos que carecen de tíos y primos.

"Esos jóvenes hicieron posible esa hazaña científica y tecnológica" -remacharon. Sí -me digo-, pero ese primer astronauta, Yang Liwei, consagrado como héroe nacional con justicia, careció sin embargo del sentido poético de los primeros navegantes espaciales norteamericanos al desconocer la visión que tuvieron desde la estratosfera de la gran muralla a la cual describieron como un serpenteante festón azul.
Por Enrique Posada Cano
Director del Observatorio Asia Pacífico, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Marco Antonio Campos 


El odio al Otro
Entrevista con Marco Antonio Campos

http://con-fabulacion.blogspot.com/


El poeta y narrador mexicano, quien ha obtenido los premios Xavier Villaurrutia (1992), Nezahualcóyotl (2005), el Premio Casa de América (España, 2005), y la Medalla Presidencial Centenario de Pablo Neruda otorgada en Chile, recientemente designado para ocupar la silla de Octavio paz en la Asociación Mallarmé, ofrece en esta entrevista exclusiva para Con-fabulación su visión de México y de la palabra poética bajo la impronta de lo político.

Más allá del abuso y la jactancia imperialista, ¿qué significados ocultos, subrepticios, tiene el muro que los Estados Unidos construye en la frontera con México?
El odio al Otro. Es una injuria visible si se toma en cuenta que somos parte del TLC. Sin embargo, de los treinta millones de origen latino en Estados Unidos dieciocho son de origen mexicano. Los estadounidenses nos arrebataron con los Tratados de Guadalupe-Hidalgo de febrero de 1848, luego de una guerra atrozmente injusta, más de la mitad del país. Hemos sufrido de parte de ellos desde entonces decenas de invasiones de toda índole que en su momento documentó minuciosamente en un libro el admirable historiador Gastón García Cantú. Pero esa mitad del país de alguna manera es ya desde hace tiempo otra vez un poco nuestra. Al imperialismo económico hemos opuesto el contra imperialismo demográfico. Irán con el muro a Estados Unidos menos mexicanos pero seguiremos lentamente recuperando lo que fue –lo que debería ser– nuestro. Hay un inconsciente histórico en ese innumerable flujo de mexicanos, que sin saberlo, se están cobrando la revancha.

En cuanto a la guerrilla Zapatista: ¿Cuál fue su parte de leyenda? ¿Cuál su parte de realidad? ¿Cuál su parte de mistificación? ¿Qué destino le corresponderá en el porvenir de México?
Yo creo que fue una guerrilla que simpatizó enormemente, porque reivindicaba a los campesinos, pero sobre todo a los indígenas. ¿Por qué? Porque hay dos suertes de guerrillas: las que apuestan por los desheredados y las que buscan sólo tirar los gobiernos; en las encuestas, las primeras tienen la simpatía mayoritaria y las otras poquísima adhesión. Además, salvo los diez primeros días de rebelión, no se volvió a disparar un solo tiro. Fue una guerrilla hábilmente mediática en la que un lúcido Marcos ponía contra la pared al gobierno. No todo fue miel sobre hojuelas. Pasaron después dramáticas matanzas, entre ellas las de Acteal, producto de la guerra de baja intensidad, creada por el ex presidente Zedillo, el ex ministro de Gobernación Emilio Chuayffet y los altos mandos militares, en complicidad con el entonces gobernador de Chiapas, que terminó con una salvajada sin nombre donde paramilitares indígenas, beneficiarios del PRI, asesinaron de la manera más despiadada a decenas de hombres, mujeres y niños indígenas inermes.
En cierto momento los zapatistas crearon sus municipios autónomos que buscaron ser autosuficientes. Pero las cosas, después de 14 años, se han desgastado. Marcos, del que admiraba su lucidez, pero que tenía y tiene la rara debilidad de creerse escritor y de escribir cuentos y poemas como si los escribiera su peor enemigo, parece haberse trastornado, y su discurso se ha ido a la izquierda de la izquierda. Ha perdido el sentido de la realidad. Ha apoyado y se ha dejado apoyar por grupos radicalmente violentos y ha defendido guerrillas impresentables como la ETA y a gobiernos como el cubano. Los municipios autónomos que buscaban ser autosuficientes al parecer se sostienen con muchos problemas. Estuve hace poco en comunidades indígenas de mayas tzeltales, por las que había pasado hace veinte años. Me sorprendió: hay pobreza pero ya no hay esa miseria que te quitaba el aliento y el nivel del alcoholismo entre los indígenas mayas ha bajado ostensiblemente. De algo o de mucho sirvió la rebelión zapatista: los gobiernos federal y estatal se han visto obligados a apoyar en general a comunidades indígenas y algunas no lo han desaprovechado. De los indígenas es la tierra, son los pueblos originarios y uno quisiera, más allá de toda demagogia, verlos vivir lo mejor posible. Fraternizo del todo con ellos.

¿Qué siente al ocupar la silla de Octavio Paz en la Academia Mallarmé?
Ni premios ni distinciones te hacen mejor, pero como anotaba en sus aforismos Francesco Guicciardini, el notable pensador florentino del Renacimiento, es mejor tenerlos que no tenerlos. Durante unos ocho años llevé muy buena relación con Octavio Paz, escribía de cuando en cuando en la revista que fundó y dirigía (Vuelta), pero llegó un momento (yo era director de literatura de la UNAM) de que si lo invitaba a algo se molestaba y si no lo invitaba se molestaba. Era cada vez más difícil dialogar con él. Hacia 1985 u 86 preferí alejarme y lo hice de una manera total. Por demás, con su grupo no tengo ninguna afinidad estética, ni política, ni personal, ni ellos la tienen conmigo. Es increíble pero buen número de ellos parecen creer que aún vive Octavio Paz y tienen miedo a escribir algo que lo contraríe y se los reproche. No tienen pensamiento propio. Pero Paz, como gran poeta y escritor, es otra cosa. Para mí fue esencial la lectura de muchos de sus libros de ensayos y de cierto número de sus poemas ("Himno entre ruinas", "Piedra de sol", "Cuento de dos jardines", "Pasado en claro", "Nocturno de San Ildefonso"); uno no sabe al escribir ensayo o crítica cuándo está bajo su influencia. Me da un gran gusto ocupar la silla que él tuvo en la Academia Mallarmé por el gran escritor que fue.

¿Qué hace que la verdadera poesía siga siendo la gran resistencia humana? ¿Qué la inmuniza de las tentaciones y del reclamo perpetuo del mundo comercial del show business?
Uno escribe porque algo fatalmente en la sensibilidad y en la emoción lo lleva a hacerlo. Porque busca ante determinadas experiencias volverlas algo bello y que esa realidad se vuelva asimismo una nueva realidad. El poeta trata de crear la doble realidad: es como el hombre que se halla en la ventana y puede ver hacia el jardín y hacia dentro de la casa. Uno quiere, uno ha querido, como Ungaretti, escribir una "bella biografía", que no es otra cosa, sino dejar en los libros la historia del alma. Si lo leen muchos o pocos eso no importa. Mis amigos novelistas suelen estar desesperados por tener lectores y vender sus libros; los poetas no lo vemos así, o si alguien lo piensa, ha perdido todo sentido de la realidad. Por eso las mejores editoriales de poesía en occidente son las pequeñas: defienden a sus autores y defienden cada libro. Las grandes editoriales circulan de tres a seis meses los libros y luego los embodegan o los rematan o los rompen. En México, por ejemplo, es admirable la labor de El Tucán de Virginia, con más de doscientos cincuenta títulos y en una de sus colecciones (Los bífidos) tiene alrededor de cien de los mejores poetas de occidente en traducciones regularmente muy cuidadas. La poesía no te da dinero en regalías, pero te lo da de otra manera. En mi caso me dio ante todo una perspectiva estética de la vida. ¿Y qué más puedo pedir?

¿Está el mundo huérfano de poetas tutelares? ¿Todavía tenemos la inocencia y el fulgor para inventar ismos?
Mire, el trabajo de la poesía es individual y uno escoge sus propios poetas tutelares, que no tienen por qué ser los vivos. Respecto a los ismos, ya César Vallejo en un artículo de los años veinte del siglo pasado, se quejaba de que cada semana aparecía un nuevo ismo, él, que había escrito con Trilce un libro donde descuadraba extraordinariamente el lenguaje. En 2009 se cumple un siglo de la aparición del Futurismo, es decir de la aparición de la primera de las llamadas vanguardias. ¿No le parece, como dijo Paz a fines de los ochenta, que ya las vanguardias son una reliquia? En general la inmensa mayoría de los llamados poemas "vanguardistas" son juegos verbales que hielan la emoción del verso. Cuando me hablan de las vanguardias suelo pedir que me digan de memoria, por ejemplo, un poema de Marinetti, de Tzara o de Breton; nadie me ha dicho uno completo y a menudo no recuerdan siquiera un verso.

En el mundo de la poesía parece reflejarse parte de la comedia política, social y económica imperante en otras esferas de la realidad. ¿Qué misteriosa forma de poder ha llegado a representar para que exista en ella una oficialidad y desate tenaces lucha intestinas?
Quizá porque los poetas, si no entran al juego comercial, al menos buscan reconocimiento y ser publicados en las principales editoriales y revistas y ganar premios, y si no lo consiguen, muchos, por desgracia, se van llenando de envidia. Es "la tristeza del bien ajeno", como dijo alguien. El poeta malo suele creerse bueno, el bueno muy bueno, el muy bueno quiere que lo consideren un grande. Se pierde el sentido de la proporción. Hay notabilísimas excepciones, desde luego; pienso ante todo en Borges cuya modestia –me consta– era del todo genuina, quien creía que con su cuerpo moriría su obra, o al menos, sólo quería ser recordado por algún verso que alguien repitiera sin darse ni siquiera cuenta que era de él. Y sin compararme ni de lejos en lo más mínimo a Borges quisiera que pasara lo mismo con algún verso mío.

Entrevista y foto tomada de: http://con-fabulacion.blogspot.com/

12 de diciembre de 2007

Zhu Ling 



Mi lenguaje hablado
Zhu Ling

Hace más que diez años que me encanta el lenguaje hablado. No me gusta la retórica, aunque se ve más literaria y se escucha más artística. En estas obras se puede observar huellas de los maestros, como que el autor de éstas, es estudiante de algún gran maestro. Hubo un periodo en que estaba encantado por todo tipo de maestros poetas, sobre todo los maestros extranjeros. Cuando estaba en la secundaria, incluso me fascinaba el soneto, a veces deshacía las frases completas poniéndolas en diferentes líneas. Eso excitaba y entusiasmaba mucho porque yo creía que el desarmar una frase completa en piezas era el estilo, la manera de hacer poemas en el extranjero. Era la época de mi adolescencia, era inocente y arrogante, no quería ni siquiera echar una mirada a los poemas folklóricas tradicionales y a Los trescientos poemas de la dinastía Tang, abandoné la gran tradición poética y el lenguaje hablado chino, y rendí un enorme culto a los colecciones de poemas traducidos. Lo que escribía resultó no entrar en ninguna categoría. Finalmente no pude soportar la situación, a mi mismo, y no me quedaba otro remedio que volver a buscar a hurgar otras posibilidades de creación, y ésa fue volver al lenguaje hablado, volver a la vida real.
Me gusta lo simple y lo directo del lenguaje hablado. No me gusta andar con circunloquios, no me gusta colocar unos obstáculos aburridos y sin sentido en las frases, eso me parece enfermo. ­Hasta en las compras que hago, quiero llevar directamente lo que necesito conmigo. Después ir de compras quito los embalajes de colores. Si la cubierta es demasiado complicada o llamativa, prefiero no comprar. Me gusta el pastel de luna de Kunming. Lo que más me gusta es su embalaje esencial, sencillo, básico, con sólo una hoja de papel cubre, el suculento pastel que se ve dentro de él. Cuando lo comes los pedazos de jamón corren directamente a tus dientes, además, después de alabarlo de comer, ¿aún quieres prestar atención al embalaje? En verdad, la gente sencilla no compra ni come los pasteles empaquetados lujosamente porque sabe lo que tienen realmente dentro. Hay otros con unas letras extranjeras en la cubierta. Pero cuando se le quita todo, el pastel todavía es el mismo, y no va a tener otro sabor por las letras extranjeras. Si el pastel chino sabe a Mcdonald,
¿No sería ridículo?
Por eso quiero que el sabor que sale de mis poemas sean puramente chinos, con un poco de los poemas folklóricas, un poco de la vida y un poco de los humanos.
La razón por que me gusta el lenguaje hablado es que creo que los poemas grandiosos tienen un lenguaje modesto. El lenguaje hablado es la raíz de los buenos poemas.






Moverse al viento
----a mi Ling

Sopla su viento y se mueven mis hierbas
Soplas
Y me muevo
No soplas
Y espero
Ahorro mi impulso
El que causa mi impulso
Es el que descompone mi vida
Con sólo encontrarse conmigo una vez

Viene una brisa
Aguanto
Y no muevo
Ya he movido demasiado
Excepto mi Ling[1]
No van a sacudirme
Los ordinarios


El jueves
Vinieron unos visitantes a la empresa
Antes de salir del trabajo
El jefe mi dijo
El mismo lugar que antes
Ve a arreglarlo

Y fui al lugar
Ordené una mesa de platos
Conocidos por nosotros
Pero no muy conocidos por los visitantes
Después de sentarse
El jefe preguntó a los visitantes
De cortesía
Que qué querían beber
Respondieron
Hada confuso
Al oir
Me fingí confuso
Qué caro
Si la nuestra es una empresa pobre
Usualmente cuando invitamos a visitantes
Bebemos vinos locales
El precio no llega a superar los 30 yuanes
En caso de que una cena nos cueste más de 200 yuanes
Nosotros caeríamos en apuros
Hábil fue Ma
Diciendo
qué les parece si tomamos el vino local
Fortaleciendo la fuerza y nutriendo la función masculina
Con penes de animales bañados
Al oir eso
Los visitantes se pusieron alegres
Diciendo palabras de acuerdo
Y que era perfecto el efecto del vino
Me eché reír
Pensando
Tomen cuanto quieran
5 yuanes para un gran vaso.

Cena con precio bajo el presupuesto
Que puso a los visitantes contentos
Que no les quitó el prestigio de los jefes
Quizá funcionó el vino de cierto pene
Quizá todavía se sentían excitados
Nos dijeron
Venga, venga
A la sala de caraoke
Yo les invito.

De camino a una excursión
Verano
Zhao y su mujer
Fueron de excursión en bicicleta
De camino hubo una cuesta grande
Cuesta de 2 kilómetros
Alta y empinada, era difícil detenerse
Zhao y su mujer
Eran cometas fuera de control
Iban hacia abajo rápidamente
Hubo un gran aire
Recorriendo sus orejas
La camisa de la mujer
Se abrió de botón en botón
Uno, dos, tres, cuatro
Hasta que se reveló en un sostén de color rojo
Su mujer no se atrevió a abrocharse los botones
No le quedó otro remedio que dejar el aire
Soplar su camisa atrás
Como una bandera
Flameando en el campo de verano

Les resultó difícil detenerse
La mujer
Quedó terriblemente enojada
Con su marido
Fue la única excursión en la vida del matrimonio
Se rompió.

Un pescado con verdura en conserva
No quería en absoluto
Mezclarse con las encurtidas verduras
Puso la cara seria
Manteniendo la distancia con ellas

Después de luchar con una red
Por una hora
Por fin hubo de abandonar sus esfuerzos
Y tuvo que comenzar a viajar
En camión, en carruaje y en triciclo
Antes de llegar en el mercado de la aldea Dingfu
Distrito Chaoyang, Beijing
Su rica experiencia
fue suficiente para causar envidia entre los campesinos
Que no han de salir de la montaña en sus vidas.

Le costó dos días viajar desde el río hasta la mesa de comida
Pero dos años crecer para llegar a ser un pez adulto
Antes no había conocido olor desagradable

Contuvo el aliento hasta no poder
Trató de no usar la mejilla
Sino la boca
Con tanta verdura curtida
En la olla
No era lo que quería
Cerró sus ojos grandes
Quería ver cómo se cocinaría
Y cómo iba a convertirse
En un montón de huesos
Con las verduras curtidas
Bajo los palillos de Zhao y su mujer.

[1] Ling: espíritu, alma.

7 de diciembre de 2007

Frida Varinia Ramos Koprivitza 


A Frida Varinia la conocí hace ya algunos años en la mixteca oaxaqueña, y a sus padres desde que era una universitaria. Milena, su madre, fue una excelente maestra de arte y sus concejos y comentarios hace ya muchos años abrieron una brecha por la que caminar, una brecha que me causaba y sigue haciédolo una cuiriosidad inmensa, la brecha del arte.

Hoy por casualidad me enteré de que nuestra amiga y colega Frida ganó los XLVI Juagos Florales "Juana Meléndez" con el libro Kokay Album de familia, van pues mis felicitaciones y mis abrazos anticipados de Navidad y de buenos deseos para el 2008.
http://www.oem.com.mx/elsoldecuautla/notas/n515196.htm
En praxis: http://www.editorialpraxis.com/mostrar.php?idl=208

5 de diciembre de 2007

Elizabeth Cazessús 

LOS REHENES

…el viento del crimen a la altura del delirio.
Rodolfo Hasler

es la hora de escribir un poema acerca del mundo
de diagnosticar las formas en que amedrenta
con su odio y deslava el rostro de la sinrazón
para justificar mil malabares políticos

es hora de escribir que estamos al acecho
de ladrones, de gangsters, de capos del poder y la avaricia
ante la falta de libertad y la zozobra
y su mezquina relación con pretendida entelequia

es hora de callar lo escrito
aquello que no tiene razón en la sobremesa
congestionadas las entropías mediáticas
ante verdades telúricas y tan llanas

es hora de nombrar en lo oscuro
la intima ejecución de los días
la denuncia, el porvenir y la esperanza
con un silencio atroz que no deje dudas

es hora de contar metrallas, muertos, a los que corren
de ver la película en las calles y al desnudo
dilucidar acaso en la espesura
de ciertas e inexplicables densidades

es hora de escribir un poema acerca del mundo
de éste y no del otro bordado de metáforas
ya no podemos escapar, no hay letras de salva
somos rehenes de la impunidad que nos cohabita.

Elizabeth Cazessús.


Tijuana, B. C,
29 -11- 2007

http://www.laprensa-sandiego.org/archieve/december14/POETA.HTM

Posada poética 

Como saben el miércoles de la semana pasada hubo un recital de poesía en el café "Los enanos del tapanco" en la colonia Roma, coincidimos en la lectura Leticia Luna, quien arrancó los aplausos del público con sus nuevos poemas eróticos mientras un guitarrista se ponía color jitomate y el poeta Alejandro intentaba dar la revancha con poemas lujuriosos que el mismo calificaba como misóginos, Alejandro también tocaba los temas del exilio y las del eterno extranjero, que quienes lo hemos sido sabemos de sus ventajas y de sus llagas dolorosas. Euridice Román de Dios también participó leyendo poemas de singular belleza, más metafóricos que líricos, más para adentrarse en las propias leras del poema, uno de los poemas que llamó la atención del público fue uno que hablaba sobre la India. En mi caso leí un poco de Halo del Alba y de los poemas del agua que van y viajan con el tiempo, y un poema inédito de lo escrito en mi primer año de estancia en China. Fue una sorpresa feliz encontrarme con la poeta, amiga, sogemita, compañera de viaje Refugio Pereira, alias La cuca, pues fue eun abrazo memorable, hablábamos y hablábamos y no nos alcanzaban los minutos para contarnos casi cuatro años en resumen, allí surgió la idea de la POSADA POÉTICA en La fragua y le dije a Miguel y a los amigos de Verso destierro, de la editorial Páginas y a otros amigos poetas que espero se reunan con nosotros el 21 de abril en el café -galería LA FRAGUA, en la calle 16 de septiembre No. 1501, esquina Lardizabal. Col. San Miguel, Apizaco, Tlaxcala; por cierto que este 7 de diciembre una Subasta de piezas de arte o antiguedades. Después del comercialote, me he agotado.

4 de diciembre de 2007

Jorge Bocanegra 



POLVO PARA MORDER



I

A veces la palabra

como una copa rota donde morder el polvo

y otra veces un agua

de alumbrar.


Asomada a los cielos , la palabra,

es un tambor de polvo deshecho al primer golpe.

Remando en el infierno, la palabra.

es un agua posible sobre un manto de cólera.


Entonces, la palabra,

¿polvo para morder en la oscuridad?

¿agua para alumbrar este cuerpo callado?



III


Bésale las piernas a la poesía

aunque diga que no que aquí nos pueden ver.

Bésale las palabras hurga su lengua hasta

que abra los brazos y diga ¡santodios!

o hasta que santodios abra los brazos de escándalo.

Bésale a la poesía a la loba

aunque diga que no que hay mucha gente que aquí

nos pueden ver. Bésale las piernas las palabras

hasta que no de más hasta que pida más

hasta que cante.

Jorge Boccanera. Nació en Argentina, en 1952. Vivió 16 años entre México y Costa Rica. Reside en Buenos Aires. Recibió en 1976 el Premio “Casa de las Américas” de Cuba y un año después el “Premio Nacional de Poesía Joven”. Su poesía ha sido traducida a varios idiomas. Conocedor de las vanguardias y desafecto a las rígidas consignas, hizo suyo el desafío de la más amplia libertad formal junto a la defensa de la libertad política durante los llamados años de plomo. El tema de la extranjería es recurrente en esta obra, cuya expresión se ahonda allí donde la poesía se interroga a sí misma desafiando cualquier atisbo de certidumbre.


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