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21 de febrero de 2008

Entrevista a Pura López Colomé 

Entrevista de Milenio en:
http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=596797

Se pregunta y se responde: “¿Para qué sirve la poesía? No sirve para nada, aunque al mismo tiempo sirve para cosas muy profundas, como para cambiar la vida”. Es Pura López Colomé quien se plantea una interrogante que permea el trabajo poético, el origen de la búsqueda permanente a través de la palabra, del lenguaje.“La poesía es un destino, no es algo que uno haga por el análisis de lo práctico que tiene o de lo funcional que pueda tener”, dice la autora de Santo y seña (FCE, 2007), título con el que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2007, compartido con la también poeta Elsa Cross, ésta por su poemario Cuadernos de Amorgós (Aldus, 2007).“Este año nos tocó el galardón a dos personas que tenemos mucho tiempo moviendo el abanico: gente de larga trayectoria y de verdadero compromiso con la poesía, (pues) no escribimos otras cosas, no somos novelistas. Nuestra zona de la prosa es la del ensayo y siempre relacionada con la poesía.”Algo que se dice fácil, asegura López Colomé, pero se ha construido con sangre y sudor, sobre todo en un país como en nuestro en el cual no resulta nada sencillo buscar un medio de vida a través de la poesía, que ni se va a pagar bien ni tiene una gran cantidad de lectores como para conseguir el éxito comercial.“¿Por qué seguir en ello? Porque uno encuentra ahí algo poderoso. La poesía es un oráculo al que uno nutre de preguntas para poderse explicar el prisma del instante. A un poeta le sirve para responder el por qué de las cosas a través de la palabra. La poesía es un camino de desciframiento.”Quizá por ello existen más escritores de poesía que lectores, pues mucha gente llega a escribir un poema justo porque siente el imán de la palabra y tiene la música necesaria para hacerlo, una forma diferente de denominar a la inspiración.Caminos que se bifurcanLa poeta sabe también que las preguntas no se vuelven respuesta a través de la poesía: en el fondo nunca vamos a responder a las interrogantes del por qué de nuestras existencias, pese al enorme interés de los seres humanos por contar con una autodefinición. “Estoy segura de que hay un por qué en todo lo que ocurre y cada vez que creo estar cerca de esa respuesta, me topo con el enorme oráculo, vacío y oscuro, que sólo admite preguntas; y en el momento en que uno cree haber hallado las respuestas, un demonio chocarrero lo devuelve al lodo, como diría López Velarde.”Esa búsqueda de palabra y destino no sólo se refleja en Santo y seña, sino además en Aurora, Intemperie o en Tragaluz, otros títulos de una mujer que halló en la poesía un camino para explorar el camino de la existencia, una forma de buscar a Dios, sin que ello esté vinculado con las formas tradicionales de la religión. Un medio de oración.“Cuál es mi ‘santo y seña’ en realidad: los caminos que se bifurcan. En el momento en que creo que un camino está definido, se bifurca otra vez y, ante esta enorme interrogante, lo único que puedo hacer es serle fiel al camino mismo, no a las bifurcaciones. La divinidad no se revele en términos físicos, la palabra es nuestra única divinidad, ahí es donde está escondido Dios, ahí esté el sentido de nuestras vidas”, dice Pura López Colomé.Por ello piensa que el poeta sólo puede merodear, acercarse a las respuestas, aun cuando al final sólo vea el centro de ese lago enorme en el que se tira una piedra y hay círculos que se proyectan hacia la periferia y jamás se sabe dónde está la pregunta del poeta, y se miren las dudas de otros.Santo y seña se convierte en el producto de una evolución poética en términos de oficio, su aproximación a la música dentro de la creación poética. El resultado de un quehacer autónomo, que se completa sólo cuando llega al lector a pesar de que la escritora no necesariamente mira a su alrededor para escribir, sólo espera que se abran la puerta, los caminos para dejar salir a su palabra. “La poesía es mi tabla de salvación y, al mismo tiempo, mi soga al cuello. Es una enorme casa de los espejos, en la que busco reflejarme y a la hora de encontrarme, resulta que estoy deforme. La poesía es mi definición, mi salvación y, sobre todo, mi consuelo.”
* Santo y seña se presentará el sábado 23 de febrero a las 13:00 horas, en el marco de la Feria Internacional del Libro Palacio de Minería. Los comentarios estarán a cargo de Fernando Solana Olivares, Esther Seligson y Kenia Cano.



México/Jesús Alejo

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