18 de febrero de 2008
Opiniones de un jurado
No todo lo que brilla es oro... ni buena poesía
Por: Guillermo Jaramillo Torres, Lunes, 18 de Febrero de 2008
http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=194683
Entre los diversos temas culturales para comentar en cafés, instituciones educativas, camiones y plazas de recreo de la república, uno de los de más actualidad es la declaración de desierto el Premio Aguascalientes 2008.
Ahora bien, el mundo cultural de Nuevo León conoce la siguiente historia, si no es en su totalidad por lo menos en su superficie, sobre la falta de calidad en los trabajos recibidos, lo cual llevó al jurado, integrado por Jorge Esquinca, José Luis Rivas y José Javier Villarreal a dar por desierto el premio; como a continuación relata Villarreal, catedrático e investigador de la UANL.
El fallo “Compitieron 207 manuscritos y tuvimos como mes y medio para trabajar, revisarlos y leerlos.
Las instituciones fueron muy respetuosas, no hubo alguna ingerencia de parte de ellos, incluso durante este tiempo yo estuve trabajando aquí en Monterrey, José Luis en Jalapa y Jorge Esquinca en Guadalajara, e intercambiamos algunos correos y nos reunimos en Aguascalientes, que de hecho nos comentaron que era la primera vez que el jurado se reunía en la ciudad para dar el fallo ya que anteriormente se daba en el Distrito Federal”, indicó el poeta.
Tras la puerta de un salón muy bien acondicionado en Aguascalientes, el veracruzano, el tapatío y el regiomontano comenzaron a buscar uno en el otro los signos de coincidencia para otorgar el premio, encontrando en sus semblantes el reflejo de la desilusión, ya que no encontraron argumentos para dar el fallo positivo: las obras carecían de la calidad del premio Aguascalientes 2008.
“Estábamos muy deprimidos, yo llevaba tres ejemplares, Jorge otros tres y José Luis cuatro, y la verdad es que ninguno nos sentíamos con mucho ánimo y argumentos para señalar el poemario ganador.
El nivel que encontramos sí era un nivel bajo, no era el nivel para otorgar el premio Aguascalientes”.
A pesar del fallo, Villarreal, quien obtuvo el premio Aguascalientes en 1987 con “Mar del Norte”, indicó que este no es el panorama total de la poesía mexicana, sino una coincidencia de tiempo y espacio.
“Estamos conscientes de que estos 207 manuscritos no son la poesía mexicana, sino 207 manuscritos que coincidieron en el tiempo y en el concurso, mas no ejemplifican la poesía mexicana ni lo ya publicado”.
Identificó a la poesía nacional como de gran nivel, además de que existe una gran tradición en la poesía mexicana, indicando que desde las cinco de la tarde hasta las once de la noche de ese día trabajaron única y exclusivamente sobre 207 manuscritos hasta llegar a la conclusión de no sentirse con los ánimos para dar el premio.
Una vez concluido esto, redactaron el documento ya dado a conocer por el INBA. Aquí termina la historia conocida por todos, y comienza un viaje al interior del concurso, el cual nos llevará a conocer la figura de Gerardo Deniz y reafirmar que el manantial de la poesía nacional sigue puro y cristalino, esto a pesar de la gran fuerza de su contraparte, la novela.
Antecedentes Esta es la segunda vez en la cual el premio se declara desierto, y la primera que este fallo se da por unanimidad, ya que en 1979 la poeta Isabel Fraire consideraba de calidad dos o tres obras, mientras el resto del jurado acusaba a los participantes de una baja calidad literaria.
“En 1979 el fallo no fue por unanimidad, estaban de jurado Rubén Bonifaz Nuño, Isabel Fraire y Ulalume González de León; Ulalume González de León y Rubén Bonifaz Nuño decidieron que no había calidad e Isabel Fraire se retiró diciendo que sí había calidad, señalando que tenía dos o tres libros que se podían premiar, entonces se declara desierto por mayoría.
Acá nosotros lo declaramos por unanimidad”, indicó el autor de “La Procesión”. Acto seguido, se apegaron a la Novena Cláusula de la convocatoria en donde se señala que las instituciones, en el caso de que se declare desierto el premio, pueden invertir el dinero en fomento a la literatura.
En base a esto, y en base al antecedente de que en 1979 se le da el premio a Elías Nandino, que era un poeta de poetas, como señala Villarreal “pertenecía a los Contemporáneos, más no era la gran figura”, se le da el premio a Gerardo Deniz.
Con esto se hace una antología de su obra, se comienzan a reeditar sus libros y se vuelve a dar a conocer.
En el caso del premio 2008, se le hizo una propuesta a Bellas Artes por parte del jurado y al Instituto de la Cultura de Aguascalientes que en atendiendo la cláusula nueve, y además de que el jurado tiene la autoridad en dado caso de que surja un imprevisto, homenajear a Gerardo Deniz, a quien Villarreal definió como un poeta de culto, alguien, digamos, underground.
“Gerardo Deniz hará dos años que publicó su poesía completa en el Fondo de Cultura Económica.
Es un poeta bien publicado desde su primer libro en Joaquín Mortiz hasta la fecha, pero es un poeta de poetas, todos hablan de Deniz como uno de los poetas con voz más propositivas de fin de siglo mexicano pero hay como un círculo, es un poeta de culto”.
“Lo que estábamos nosotros homenajeando era una obra, no tanto un personaje”, indicó, ya que Deniz no es un poeta de la vida pública, no pertenece a círculos literarios, no es un poeta de poder.
La idea es romper ese círculo en torno a Deniz, que se rompa el morbo sobre a quien le han dado el premio, lo cual señaló va en buen camino ya que ha sido postulado por el Periódico de Poesía para el Premio de Literatura y Lingüística.
Como se puede observar, son dos instancias que no se deben de confundir o mezclar una con otra.
El premio se declara desierto, y al día siguiente el jurado por unanimidad propone que se le rinda un homenaje a Deniz por su obra, estando de acuerdo las instituciones y se lleva a cabo.
México: nosotros y la poesía Villarreal advirtió la dificultad para hacer un diagnóstico de la poesía nacional, ya que existe una gran cantidad de poetas, además de una tradición que respalda.
“La poesía tiene caminos muy diversos y muy misteriosos con respecto a lo que pudiéramos llamar la literatura como sinónimo de novela.
La poesía es más arisca al mercado y de pronto sus circuitos son diferentes”. El vehículo que todo poeta debe abordar para ir en pos de la palabra se encuentra compuesto de becas, talleres, círculos de lectura, sobre todo clases dentro de las instituciones educativas en donde se vea la poesía más a fondo, ya que en la mayoría de las ocasiones se ve de “paso”, dándole más importancia a otros géneros como la novela y el ensayo.
La regia poesía “Hay ediciones tanto de la universidad como de CONARTE o de gobierno, hay becas, talleres, creo que nunca hay lo suficiente ya que siempre puede hacer más, pero creo que no está desatendido, hay publicaciones de autor, publicaciones de grupo y hay autores que ya tienen publicación y viven en la ciudad”.
Tener autores con publicación en la ciudad es un gran logro, porque las presencias literarias no siempre estuvieron.
Gabriel Zaid estudió y se fue, Alfonso Reyes se fue a hacer la preparatoria a México.
“Fueron como sombras muy importantes de una gran obra, pero no había cercanía con ellos, no los veías en la calle, no podías abordarlos.
Ahora ves a los autores aquí”. La poesía, la buena poesía no muere, solo se transforma, mira hacia delante y hacia atrás.
Los stands en las librerías abarcan las novelas de moda que cambian cada dos o cuatro meses, pero siempre se encontrarán los mismos libros de poesía.
“La poesía es algo más secreto, más sagrado; se va más por los valores que por los precios.
De pronto te puedes encontrar una primera edición de “La estación violenta” de Paz y dices: cómo es posible, debería de estar agotada”.
Finalmente señaló que ni la poesía ni la novela pueden salvarse del fenómeno de publicación en serie, un tanto más mercantilista, resaltando que la gran literatura seguirá existiendo.
Por: Guillermo Jaramillo Torres, Lunes, 18 de Febrero de 2008
http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=194683
Entre los diversos temas culturales para comentar en cafés, instituciones educativas, camiones y plazas de recreo de la república, uno de los de más actualidad es la declaración de desierto el Premio Aguascalientes 2008.
Ahora bien, el mundo cultural de Nuevo León conoce la siguiente historia, si no es en su totalidad por lo menos en su superficie, sobre la falta de calidad en los trabajos recibidos, lo cual llevó al jurado, integrado por Jorge Esquinca, José Luis Rivas y José Javier Villarreal a dar por desierto el premio; como a continuación relata Villarreal, catedrático e investigador de la UANL.
El fallo “Compitieron 207 manuscritos y tuvimos como mes y medio para trabajar, revisarlos y leerlos.
Las instituciones fueron muy respetuosas, no hubo alguna ingerencia de parte de ellos, incluso durante este tiempo yo estuve trabajando aquí en Monterrey, José Luis en Jalapa y Jorge Esquinca en Guadalajara, e intercambiamos algunos correos y nos reunimos en Aguascalientes, que de hecho nos comentaron que era la primera vez que el jurado se reunía en la ciudad para dar el fallo ya que anteriormente se daba en el Distrito Federal”, indicó el poeta.
Tras la puerta de un salón muy bien acondicionado en Aguascalientes, el veracruzano, el tapatío y el regiomontano comenzaron a buscar uno en el otro los signos de coincidencia para otorgar el premio, encontrando en sus semblantes el reflejo de la desilusión, ya que no encontraron argumentos para dar el fallo positivo: las obras carecían de la calidad del premio Aguascalientes 2008.
“Estábamos muy deprimidos, yo llevaba tres ejemplares, Jorge otros tres y José Luis cuatro, y la verdad es que ninguno nos sentíamos con mucho ánimo y argumentos para señalar el poemario ganador.
El nivel que encontramos sí era un nivel bajo, no era el nivel para otorgar el premio Aguascalientes”.
A pesar del fallo, Villarreal, quien obtuvo el premio Aguascalientes en 1987 con “Mar del Norte”, indicó que este no es el panorama total de la poesía mexicana, sino una coincidencia de tiempo y espacio.
“Estamos conscientes de que estos 207 manuscritos no son la poesía mexicana, sino 207 manuscritos que coincidieron en el tiempo y en el concurso, mas no ejemplifican la poesía mexicana ni lo ya publicado”.
Identificó a la poesía nacional como de gran nivel, además de que existe una gran tradición en la poesía mexicana, indicando que desde las cinco de la tarde hasta las once de la noche de ese día trabajaron única y exclusivamente sobre 207 manuscritos hasta llegar a la conclusión de no sentirse con los ánimos para dar el premio.
Una vez concluido esto, redactaron el documento ya dado a conocer por el INBA. Aquí termina la historia conocida por todos, y comienza un viaje al interior del concurso, el cual nos llevará a conocer la figura de Gerardo Deniz y reafirmar que el manantial de la poesía nacional sigue puro y cristalino, esto a pesar de la gran fuerza de su contraparte, la novela.
Antecedentes Esta es la segunda vez en la cual el premio se declara desierto, y la primera que este fallo se da por unanimidad, ya que en 1979 la poeta Isabel Fraire consideraba de calidad dos o tres obras, mientras el resto del jurado acusaba a los participantes de una baja calidad literaria.
“En 1979 el fallo no fue por unanimidad, estaban de jurado Rubén Bonifaz Nuño, Isabel Fraire y Ulalume González de León; Ulalume González de León y Rubén Bonifaz Nuño decidieron que no había calidad e Isabel Fraire se retiró diciendo que sí había calidad, señalando que tenía dos o tres libros que se podían premiar, entonces se declara desierto por mayoría.
Acá nosotros lo declaramos por unanimidad”, indicó el autor de “La Procesión”. Acto seguido, se apegaron a la Novena Cláusula de la convocatoria en donde se señala que las instituciones, en el caso de que se declare desierto el premio, pueden invertir el dinero en fomento a la literatura.
En base a esto, y en base al antecedente de que en 1979 se le da el premio a Elías Nandino, que era un poeta de poetas, como señala Villarreal “pertenecía a los Contemporáneos, más no era la gran figura”, se le da el premio a Gerardo Deniz.
Con esto se hace una antología de su obra, se comienzan a reeditar sus libros y se vuelve a dar a conocer.
En el caso del premio 2008, se le hizo una propuesta a Bellas Artes por parte del jurado y al Instituto de la Cultura de Aguascalientes que en atendiendo la cláusula nueve, y además de que el jurado tiene la autoridad en dado caso de que surja un imprevisto, homenajear a Gerardo Deniz, a quien Villarreal definió como un poeta de culto, alguien, digamos, underground.
“Gerardo Deniz hará dos años que publicó su poesía completa en el Fondo de Cultura Económica.
Es un poeta bien publicado desde su primer libro en Joaquín Mortiz hasta la fecha, pero es un poeta de poetas, todos hablan de Deniz como uno de los poetas con voz más propositivas de fin de siglo mexicano pero hay como un círculo, es un poeta de culto”.
“Lo que estábamos nosotros homenajeando era una obra, no tanto un personaje”, indicó, ya que Deniz no es un poeta de la vida pública, no pertenece a círculos literarios, no es un poeta de poder.
La idea es romper ese círculo en torno a Deniz, que se rompa el morbo sobre a quien le han dado el premio, lo cual señaló va en buen camino ya que ha sido postulado por el Periódico de Poesía para el Premio de Literatura y Lingüística.
Como se puede observar, son dos instancias que no se deben de confundir o mezclar una con otra.
El premio se declara desierto, y al día siguiente el jurado por unanimidad propone que se le rinda un homenaje a Deniz por su obra, estando de acuerdo las instituciones y se lleva a cabo.
México: nosotros y la poesía Villarreal advirtió la dificultad para hacer un diagnóstico de la poesía nacional, ya que existe una gran cantidad de poetas, además de una tradición que respalda.
“La poesía tiene caminos muy diversos y muy misteriosos con respecto a lo que pudiéramos llamar la literatura como sinónimo de novela.
La poesía es más arisca al mercado y de pronto sus circuitos son diferentes”. El vehículo que todo poeta debe abordar para ir en pos de la palabra se encuentra compuesto de becas, talleres, círculos de lectura, sobre todo clases dentro de las instituciones educativas en donde se vea la poesía más a fondo, ya que en la mayoría de las ocasiones se ve de “paso”, dándole más importancia a otros géneros como la novela y el ensayo.
La regia poesía “Hay ediciones tanto de la universidad como de CONARTE o de gobierno, hay becas, talleres, creo que nunca hay lo suficiente ya que siempre puede hacer más, pero creo que no está desatendido, hay publicaciones de autor, publicaciones de grupo y hay autores que ya tienen publicación y viven en la ciudad”.
Tener autores con publicación en la ciudad es un gran logro, porque las presencias literarias no siempre estuvieron.
Gabriel Zaid estudió y se fue, Alfonso Reyes se fue a hacer la preparatoria a México.
“Fueron como sombras muy importantes de una gran obra, pero no había cercanía con ellos, no los veías en la calle, no podías abordarlos.
Ahora ves a los autores aquí”. La poesía, la buena poesía no muere, solo se transforma, mira hacia delante y hacia atrás.
Los stands en las librerías abarcan las novelas de moda que cambian cada dos o cuatro meses, pero siempre se encontrarán los mismos libros de poesía.
“La poesía es algo más secreto, más sagrado; se va más por los valores que por los precios.
De pronto te puedes encontrar una primera edición de “La estación violenta” de Paz y dices: cómo es posible, debería de estar agotada”.
Finalmente señaló que ni la poesía ni la novela pueden salvarse del fenómeno de publicación en serie, un tanto más mercantilista, resaltando que la gran literatura seguirá existiendo.
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